jueves, 20 de enero de 2011

A vueltas con la intimidad

"Ese pelo rubio te quedaba horrible",
" estoy con tu marido en cuanto a eso que te dijo de que eres una maniática insufrible",
"chica, ¿como te van las cosas con tu primo, mejor? porque ahora que saco el tema, hay que ver como te portas con él, ya te vale"
"ya sé que te gusta mucho ese perfume (enarcando la ceja derecha) pero hay otros perfumes en el mundo"


Según la R.A.E.

Intimidad:f.1 amistad íntima
f.2 zona espiritual reservada de una persona o de un grupo, especialmente de una familia.

Y también...
Íntimo: lo más interior o interno

No es tan curioso que los seres humanos nos relacionemos por límites y fronteras como la forma en la que hacemos uso de las mismas según convenga. Por eso al compartir nuestro mundo interior con quien estimamos oportuno le hacemos un regalo, le brindamos la portunidad de abrirse con los sentidos hacia nosotros y compartir una parte de nuestra esencia, de nuestro ser. No hay mayor privilegio que poder ver, oir y sentir al otro y saber que el otro nos ve, nos oye y nos escucha, como diría Satir. 

Sin embargo, el uso que hacemos de la información que el otro comparte con nosotros acerca de sí, sólo es responsabilidad nuestra y no concierne ya a la relación, aunque sí le afecta. ¿Intimidad significa guardar esto que la otra persona nos confió? sí, de esta forma se construye y se alimenta, la intimidad sólo perdura entre dos personas si la información no se divulga a través de terceras personas sin el consentimiento mutuo. De otro modo, se pierde confianza. Ahora bien, ¿La intimidad que tú y yo compartimos significa que puedo involucrarme en la intimidad que tú mantienes con otras personas? por supuesto que no, ni siquiera en el caso de haber compartido retazos de esa intimidad ajena a tí y a mí; si yo no te doy permiso, no la utilices, ni siquiera si crees que viene al caso. Pensemos que siempre nos faltará información sobre las relaciones que otros mantienen. Con esto hablo desde mí, no me interesa la cualidad de los límites de la intimidad que tengan otros siempre y cuando a mí no me afecte. Con cualidad me refiero a si éstos son más o menos permeables, es decir, más laxos o tolerantes a recibir y permitir acceso a otros con respecto según qué cosas. Unos límites férreos provocan bloqueo, falta de confianza y fluidez mientras que unos límites demasiado permeables rayan la vulnerabilidad y la confluencia.

En resumidas cuentas. La intimidad implica amistad íntima, y más aún zona espiritual reservada. A veces no está mal colgarse el cartel de ONLY V.I.P  para rechazar según qué preguntas o cuestionamientos, vengan de donde vengan y más que nada por economía cognitiva y emocional, que no están los tiempos como para malgastar energía. 

jueves, 13 de enero de 2011

Pequeña disertación sobre la atracción

Y de pronto te levantas una mañana y...¡zas!

Ahí está lo que esperabas, lo que soñaste y por lo que tantas horas de tantos días invertiste tu tiempo dando vueltas. Eso que en tu cabezita giraba sin parar y que por las noches no te dejaba pegar ojo. Lo deseabas tanto que ni siquiera te dabas cuenta de cuánto lo invocabas. Claro que, después de darle tantas vueltas hubo momentos en los que perdiste la fuerza, incluso pensaste que realmente no merecía la pena y mejor si te dedicabas a otras cosas. Pero la energía estaba ahí e inconscientemente lo buscabas. Hasta que un día todo llega.

Tanto para los éxitos como para los fracasos, las "cosas buenas" y las "cosas malas", tú decides que quieres desear, por qué ilusionarte y por qué merece la pena invertir tu tiempo, ¿no sería mejor gastar éste en algo que te haga mejor, feliz o te agrade en alguna medida? Quizá para algunos sí, otros deciden atraer hacia sí el fracaso. Y esto que parece tan simple sólo depende de un click en tu mente y en tu organismo, una pequeña señal que activa desde nuestros neurotransmisores a toda esa energía que nos rodea y que fluye entre nosotros a través de una red invisible. Acuérdate de cuando pensabas en esa persona y entonces te llamó por teléfono, o cuando sintonizaste la radio y sonaba justo esa canción que tarareabas segundos antes. Recuerda también cuando pensaste que no conseguirías ese ascenso, esa beca o ese triunfo tan importante para tí, y como al no lograrlo te dijiste "lo sabía", "no tengo suerte" o "no me sorprende". A veces ni nos damos cuenta, el otro día una amiga me dijo durante una conversación "cuidado con lo que pides" y por eso escribo este post, para que no se me olvide esto tan valioso que cada vez se nos hace más presente en la conciencia  a los occidentales.

Hoy te digo: pide con conciencia, pide tus deseos más hermosos, date cuenta de que eso que quieres lo puedes conseguir; ilusiónate y muévete por ello. Y luego me cuentas qué tal te va.

martes, 4 de enero de 2011

La joven y la piedra

- Oye ceño fruncido, ¿te das cuenta de que estamos en un nuevo año?
- Sí, ¿qué cambia eso? yo sigo teniendo el ceño fruncido.
- Bien, quizá podría contarte un cuento.

Hace mucho tiempo en un país muy lejano, vivía una joven que tenía a su disposición lo que ella quería: dinero, un coche, una ocupación, fiestas a las que asistir, vestidos hermosos que ponerse... y un día al volver a su casa (un magnífico palacio a las afueras de la ciudad) descubrió con asombro que había sido tomado por unos encapuchados que sostenían una pancarta a la entrada de su casa en la que ponía en grandes letras negras "¡DESOLACIÓN!". La muchacha, con los ojos llenos de lágrimas corrió por el camino de grava alejándose del que no volvería a ser su hogar. Todos los habitantes del país sabían que cuando la desolación llegaba, perdías todo aquello que hasta entonces te era importante; simplemente llegaba cuando menos te lo esperabas ya fuera por un giro del destino, por contagio o por mal de ojo. La joven corrió todo lo que pudo alejándose del lugar, hasta que cansada tropezó con una piedra muy dura y cayó al suelo dolorida.

- Oye, ¡mira por donde vas!

Se giró y aún confundida, cogió con su mano la pequeña piedra que se había interpuesto en su camino y que ahora le hablaba.

- Piedra, eres tú la que se ha puesto en mi camino.
- No, estas muy confundida, tú pasaste por mi camino y sin cuidado por tu parte me empujaste. Igual que te pusiste en el camino de la desolación y ésta ahora controla lo que te pertenecía.
- ¿Cómo lo sabes?
- La voz corre muy rápido entre nosotras las piedras, y más si pertenecemos a caminos que tienen un destino común.
- ¿Qué quieres decir?
- Que el camino que ahora recorres es el de huída, que llega hasta la evasión. La evasión a través de la huída y la desolación son muy parecidas.
- ¿Y qué puedo hacer ahora?
- Has tenido suerte de tropezarte conmigo, aunque te haya resultado doloroso. Todos en este país saben que cuando llega la desolación pierdes lo que te importaba, pero lo que sólo sabemos algunos es que es la oportunidad para elegir aquello que quieres de verdad. ¿Qué es lo que a tí te importaba y has perdido?
- la desolación se ha quedado con mi casa, mi móvil, mis vestidos, mis ahorros...¿cómo voy a conseguir lo demás si carezco de eso?
- ¿Qué es lo demás que te gustaría conseguir?
- Lo que quiero de verdad es estar contenta y ser feliz, tener amigos y divertirme
- Asique lo que quieres es una emoción placentera, un objetivo vital, amor y un subidón de endorfinas? 

"Déjame que te diga que para ello te conviene tomar algunas cosas que encontrarás en este camino que ahora recorres, y que te han llevado a perder lo que antes te importaba. Tú sabes cuáles son. Dales las gracias por lo que te han enseñado y hazles un hueco en tu bolso, donde antes guardabas el móvil - la piedra, con una ligera mueca burlona prosigue su discurso- ahora sabes qué son las cosas que tienes pero a las que no te hará falta recurrir. Después proponte aprender a tomar aquello del camino que te enseñe a valorar las cosas que quieres de verdad, y sobre todo a valorar lo que tú tienes en tu interior para lograr ganártelas, porque no las conseguirás con dinero, una gran casa o un estupendo coche. Eso hasta las piedras lo saben. Guíate por tu intuición para encontrarlo y cuando logres tomarlo, hazle un hueco en tu corazón y haz uso de ello cuando quieras.
¡Ah! por cierto, y si vuelves a tropezar conmigo en este camino que espero no vuelvas a recorrer, aquí estaré para abrirte bien las orejas de nuevo..."

- Feliz año, ceño fruncido.
- Feliz año para tí también.