martes, 4 de enero de 2011

La joven y la piedra

- Oye ceño fruncido, ¿te das cuenta de que estamos en un nuevo año?
- Sí, ¿qué cambia eso? yo sigo teniendo el ceño fruncido.
- Bien, quizá podría contarte un cuento.

Hace mucho tiempo en un país muy lejano, vivía una joven que tenía a su disposición lo que ella quería: dinero, un coche, una ocupación, fiestas a las que asistir, vestidos hermosos que ponerse... y un día al volver a su casa (un magnífico palacio a las afueras de la ciudad) descubrió con asombro que había sido tomado por unos encapuchados que sostenían una pancarta a la entrada de su casa en la que ponía en grandes letras negras "¡DESOLACIÓN!". La muchacha, con los ojos llenos de lágrimas corrió por el camino de grava alejándose del que no volvería a ser su hogar. Todos los habitantes del país sabían que cuando la desolación llegaba, perdías todo aquello que hasta entonces te era importante; simplemente llegaba cuando menos te lo esperabas ya fuera por un giro del destino, por contagio o por mal de ojo. La joven corrió todo lo que pudo alejándose del lugar, hasta que cansada tropezó con una piedra muy dura y cayó al suelo dolorida.

- Oye, ¡mira por donde vas!

Se giró y aún confundida, cogió con su mano la pequeña piedra que se había interpuesto en su camino y que ahora le hablaba.

- Piedra, eres tú la que se ha puesto en mi camino.
- No, estas muy confundida, tú pasaste por mi camino y sin cuidado por tu parte me empujaste. Igual que te pusiste en el camino de la desolación y ésta ahora controla lo que te pertenecía.
- ¿Cómo lo sabes?
- La voz corre muy rápido entre nosotras las piedras, y más si pertenecemos a caminos que tienen un destino común.
- ¿Qué quieres decir?
- Que el camino que ahora recorres es el de huída, que llega hasta la evasión. La evasión a través de la huída y la desolación son muy parecidas.
- ¿Y qué puedo hacer ahora?
- Has tenido suerte de tropezarte conmigo, aunque te haya resultado doloroso. Todos en este país saben que cuando llega la desolación pierdes lo que te importaba, pero lo que sólo sabemos algunos es que es la oportunidad para elegir aquello que quieres de verdad. ¿Qué es lo que a tí te importaba y has perdido?
- la desolación se ha quedado con mi casa, mi móvil, mis vestidos, mis ahorros...¿cómo voy a conseguir lo demás si carezco de eso?
- ¿Qué es lo demás que te gustaría conseguir?
- Lo que quiero de verdad es estar contenta y ser feliz, tener amigos y divertirme
- Asique lo que quieres es una emoción placentera, un objetivo vital, amor y un subidón de endorfinas? 

"Déjame que te diga que para ello te conviene tomar algunas cosas que encontrarás en este camino que ahora recorres, y que te han llevado a perder lo que antes te importaba. Tú sabes cuáles son. Dales las gracias por lo que te han enseñado y hazles un hueco en tu bolso, donde antes guardabas el móvil - la piedra, con una ligera mueca burlona prosigue su discurso- ahora sabes qué son las cosas que tienes pero a las que no te hará falta recurrir. Después proponte aprender a tomar aquello del camino que te enseñe a valorar las cosas que quieres de verdad, y sobre todo a valorar lo que tú tienes en tu interior para lograr ganártelas, porque no las conseguirás con dinero, una gran casa o un estupendo coche. Eso hasta las piedras lo saben. Guíate por tu intuición para encontrarlo y cuando logres tomarlo, hazle un hueco en tu corazón y haz uso de ello cuando quieras.
¡Ah! por cierto, y si vuelves a tropezar conmigo en este camino que espero no vuelvas a recorrer, aquí estaré para abrirte bien las orejas de nuevo..."

- Feliz año, ceño fruncido.
- Feliz año para tí también.

 

5 comentarios:

  1. Gracias Laura, un cuento precioso, gracias miles por compartirlo. Un besazo!!!

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  2. Gracias Laura por tu fábula, es muy alentador.

    La joven sin duda tenía el día para recibir de la vida (la naturaleza) el regalo de "darse cuenta de que necesita la amistad y el amor" gracias a su ceño funcido.

    Afortundamente tenemos a la naturaleza de aliada aún en nuestra huidas hacia delante. Otra cosa es saber interpretar el regalo de conectar con ella.

    Un abrazo y hasta otra ocasión

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  3. Gracias Laura por tus escritos. Me sientan bien porque creo que ultimamente tengo el ceño un poco fruncido... ¿o será que tengo cataratas??

    Victoria

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  4. Gracias por vuestros comentarios. ¡Mª Carmen, a tí devuelto mil veces!; Diego, en efecto qué gran regalo nos presenta la vida y qué oportunidad maravillosa de estar en el momento de poder recibir/interpretar el mensaje de la naturaleza.
    Victoria, tu ceño fruncido sólo marca un lapso de tiempo breve en el que se ajustan los engranajes de la rueda que marca un buen camino que vas a emprender...

    Abrazos a tod@s.

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  5. Cuánta razón tienes, todos necesitamos tropezarnos con esa piedra de vez en cuando...
    :) un abrazo enorme

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